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sábado, 30 de enero de 2021

Para aligerar la carga

Cantamos las tonadas que reflejan los amores,
seguimos pentagramas  inconclusos,
nos abrazan despiadados los ávidos minutos,
se asoman las miradas en todos los balcones,
vamos arrastrando un quintal de corazones...
...y todo pesa.

Cantamos cuando el aura se despierta
y a nuestro lado se levanta un coro de latidos,
quien pone los cubiertos en la mesa
alimenta nuestros sueños mas queridos,
desayunamos alegrías y tristezas...
...y en el alma todo pesa.

Cantamos los efluvios de la tarde,
cuando el calor arroja hojas en el aire
y caen mansamente en nuestra senda, 
el sudor de nuestra frente nos sostiene,
los amigos que se marchan y no vuelven
y las personas que te esperan en la casa...
...cerca o lejos todo pesa.

Cantamos las palabras, los silencios,
los pasos solitarios en el árido desierto,
las miradas casi descuidadas,
las llamadas a las tres de la mañana
cuando alguien que nos ama
deja abierto sus mas íntimos secretos.

Cantamos en la espera que llaman esperanza
y en la vibración que trae las nostalgias,
cantamos los sonetos, las coplas y las prosas
y tarareamos en los ojos cada una de las notas.

Cantamos a lo largo de la vida hasta la muerte,
y después, ya no importan las canciones
ni desafinan tanto las desilusiones,
ni es tan grande lo que uno lleva a cuestas,
y al final...
... dejamos atrás todo lo que pesa.

Rafael Ghinaglia                        
30/01/2021                            

     Para aligerar el peso a la hora de viajar ya no cargamos con nosotros dos kilos de libros, basta ahora con descargar los libros en ePub, Mobi, FB2, DjVu, CBA o simplemente en PDF. Está claro (y ese tema ya está mas que discutido en montones de redes y foros) que nunca será lo mismo la sensación de un libro digital a una portada de cartulina y el hojear de las páginas, sin embargo, pues casi que podemos llevar una biblioteca a cuestas. Y pensándolo bien, ni siquiera hay que descargarla, sí al lugar al cual vamos tiene acceso a internet, la biblioteca digital se vuelve una biblioteca mundial. 
     Pero lo que quiero comentar el día de hoy no es sobre libros digitales o en papel, ni sobre las formas de leer, tiene que ver mas con el hábito de escribir. No se si le ocurre a todo el mundo, pero cuando estamos en cualquier lugar y de pronto queremos recordar algo o guardar alguna información lo primero que decimos es - ¿tienes un papelito donde anotar? - o - consígueme un lápiz y un papel. Probablemente es algo muy arraigado en cientos de generaciones a través de la historia (que comienza justamente con la escritura y no precisamente sobre papel). Personalmente siento algo muy particular cuando me despierto a las 4 a.m. (sin entrar en detalles), con una idea, una imagen o una frase en la cabeza proveniente de algún onírico espacio del pensamiento o del plano de la sombras, (espero que no de Tartarus), tomo un cuaderno con páginas en blanco del montón que siempre tengo acumulados, reciclados, de clases viejas, recuperados de alguna caja en un basurero o simplemente nuevos y, caen en desbandada un montón de divagaciones y palabras que parecen ser conexas. Lo cierto es que ese atávico proceso del lápiz y el papel me acompaña indefectiblemente cuando viajo. Aún así, muchas cosas cambian y poco a poco también a lo digital me voy acostumbrando, voy "hibridando" la escritura (este espacio por ejemplo), así que de vez en cuando dejo las libretas en la casa y por si acaso fluye alguna musa pasajera, utilizo el celular supuestamente... para aligerar la carga.