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martes, 11 de diciembre de 2012

Satisfacción y Sensación

     Antes de hablar de sensaciones quiero comentar un poco acerca de mi entrada de la semana pasada, allí hice algunas críticas a un libro que revisé y no quise dar el nombre. Sin embargo, hice unas consultas y lo quiero mencionar ahora, el libro se llama Caminante de la Mañana del autor Bayardo Ramírez Monagas, y quiero aclarar que no estoy opinando sobre el contenido o la forma de escribir del autor, lo que no estoy de acuerdo es en el género en el que el autor auto-identifica su libro (Poesía), y que esta opinión la emito sin la intención de faltarle en modo alguno el respeto.
     Una vez aclarado este punto ahora si quiero hablarles de lo contento que estoy por algunas cosas que voy descubriendo, la primera es la "superrecontrahiperbuenisima" satisfacción que se siente cuando alguien lee tu libro, que otro "alguien" le prestó, y luego compra uno diciendo "yo quiero tener el mío" :-). ¡Esa es una excelente y directa forma de sacarle a uno una sonrisa desde adentro!
     La segunda, es darme cuenta de la sensación que produce el tener un feedback (disculpen el  anglicismo, retroalimentación si prefieren) de personas que te leen y no lo esperabas, tanto conocidas como desconocidas, y no hablo solo de mis Cinco Cuentos de Navidad sin San Nicolás, sino también de las cosas que pienso y que desordenadamente voy colocando en este blog (por cierto, ¿saben de donde viene el termino blog?). Saber que hay personas que están pendientes de lo que aquí se escribe me crea una responsabilidad para con todos ellos, es decir, contigo que ahora estas leyendo. Y eso lejos de producirme algún tipo de tensión o preocupación (stress si lo prefieren en inglés). Lo que me produce es una muy buena sensación de satisfacción. 
     Así que lo que ahora, según el protocolo, debería hacer es darles las gracias a todos, pero no es tan sencillo. No se sorprendan, de acuerdo a Nada Sagrado, textos Zen, las gracias no las da quien recibe sino quien obsequia. Por ejemplo, si van a una fiesta con un obsequio y el agasajado toma el obsequio y lo lanza en una pila sin darle importancia, ¿como se sentirían?, de manera que no es tan descabellado dar las gracias por recibirnos de buen grado un regalo. 
     Y como en este caso soy yo quien mas satisfacciones y sensaciones recibe, no les puedo dar las gracias, aunque desde el punto de vista occidental me siento muy agradecido, je,je,je (lease onomatopeya).
     Para concluir por hoy y ya que terminamos con un ja,ja,ja, les dejo nuevamente algo de muy buen humor: Aquiles Nazoa, Los Animales en Caracas.