Pasa el tiempo y la constancia se diluye por momentos, la vorágine de todo y de nada arroya todos los proyectos, muchas líneas, muchas frases, estrategias inventadas, tocar mil puertas y ventanas.
A veces todo queda abandonado.
Pero cuando se siembran las ideas hasta el fondo siempre el agua nos alcanza y una semilla, aunque sea pequeña y solitaria, puede ser una Caoba que de sombra, frutos nuevos con los que llenar la casa.
Hay que renovarse, insistir una y otra vez sobre la misma base, pero con cien columnas nuevas que de nuevo nos aguanten. Cuando comencé este blog estaba por publicar algunos cuentos, dije que si fuera una sola persona quien lo leyera iba a mantenerlo, entonces debe haber consecuencia entre lo que se dice y lo que se hace (espero que aun lo lea alguien), así que pondré de mi parte y haré mi mejor esfuerzo.
De todos es conocido (en Venezuela) que publicar cualquier libro (ya sea en digital o en físico), en este momento es cuesta arriba y es ademas muy fuerte la subida, pero al final siempre hay una cima. Así que voy a transitar de nuevo esa calle, con otros dos proyectos, uno nuevo y uno viejo, no se si para bien o para mal, pero es difícil escaparse, el que edita siempre edita y el que escribe siempre escribe alguna frase, aunque ya no tenga punta el lápiz.
Ahora que pretendo retomar esta "cartelera", voy a dejarles un fragmento extraído de " El nombre de la rosa" de Umberto Eco.
"...Tengo la impresión, al leer esta página, de que ya he leído algunas de las palabras que figuran en ella, y recuerdo frases casi idénticas que he visto en otra parte. Me parece, incluso, que aquí se habla de algo que ya se ha mencionado en estos días... Pero no puedo recordar de qué se trata. He de pensar en esto. Quizá tenga que leer otros libros.
- ¿Cómo? ¿Para saber que dice un libro debeis leer otros?..."
¡Pues leamos esos otros!