Asomé
suavemente, tímidas, mis expectativas fuera de la casa de mis primeras
ilusiones.
Mirando
a los lados con cuidado di un paso al frente y descubrí sonriente que el mundo
era demasiado grande para quedarse en un solo sitio. Y parado en mi recién
formado juicio me deslicé por las calles, corrí por campos de esperanzas,
caminé por senderos tristes regados de sentimientos, vivos o muertos y algunos
insensibles. Ascendí paso a paso, piedra a piedra, amor sobre amor y deseo tras
quimera, hasta la cumbre de una nube henchida de misterios y palabras
pasajeras.
Me
precipito en una lluvia saturada de fragmentos que, ignorantes del todo, forman
parte del todo, que conscientes de si mismos giran goteando la esencia de su
ser.
De pronto me despierto sobre la hierba de un campo claro. El mundo es muy
grande y descubro emocionado que mi cabeza, está llena de imágenes y letras.