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miércoles, 15 de octubre de 2014

No pude hallar mejor motivación...

     Vuelvo a escribir aquí después de unos cuantos meses (para ser exactos desde Enero), y la verdad es que podría explicar cualquier excusa, pero no, no tengo excusa. Lo cierto es que no quería escribir y la razón es que cuando inicie este blog, me propuse mantenerlo en el tema de la Literatura, de lo que podemos escribir o leer, así que la ética no me permitió escribir, debido a que en mi país estaban ocurriendo situaciones bastante graves (aun ocurren) como para no hablar de ellas o ignorarlas. En fin, no quise desvirtuar el propósito original así que me fui a hablar en otros lados. 
   Luego al pasar unos meses sin escribir se pierde el hábito y hace falta una motivación para retomarlo. Y de esas dos cosas si quiero hablarles hoy, del hábito de escribir y la motivación para hacerlo.
   Pues en cuanto al hábito de escribir se ha dicho mucho, en ensayos, libros, conferencias, entrevistas, comentarios, paginas de Internet, blogs, "redes sociales" y pare de contar, así que allí no hay mucho que yo pueda agregar mas que este enlace desde donde podrían comenzar a ahondar en el tema: "por que escribir todos los días".
     Ahora en cuanto a la motivación, esa es "harina de otro costal" como dice el refrán popular, aquí el mundo se vuelve inmenso, yo diría que ilimitado, tan ilimitado como puedan ser, la fantasía, los sueños y la vida misma. Se puede crear el hábito de escribir, pero no se puede escribir sin un motivo.
     Ayer estaba jugando en red un jueguito de esos sencillos como para distraerme (wordox), y entre un comentario y otro me fijé que había compartido hace unas semanas, con la persona que estaba jugando, un poema muy conocido de Mario Benedetti (Táctica y estrategia). Así que al darnos cuenta me preguntó si sabía de algo que pudiera leerle a una amiga que estaba enferma. Le dije que iba a revisar y al preguntar que tenia, la respuesta fue "cáncer en estado terminal", no quería que su amiga sufriera mas y buscaba algo que la ayudara a despedirse. Le pase tres cosas, pero una de ellas fue este poema que escribí hace mucho tiempo por otros motivos:

Recuerdo en mi Recuerdo

Que difícil es partir
cuando se quiere uno ir
y quedan lazos del alma.

Qué difícil es partir
cuando el afecto nos llama
con cálida voz esperanzada

Qué difícil es partir
cuando el camino está desierto
y no hay camino de regreso.

Qué difícil es partir
cuando la lejanía daña a quién amamos
y si nos quedamos también nos dañamos.

Y sin embargo...
            ...es necesario partir.

Aunque se desgarre el alma
a pesar del afecto y la esperanza,
sobre las arenas sin tiempo,
más allá de la lejanía,
del dolor.

Sólo queda el silencio
y el recuerdo de unos ojos
brillando en mi recuerdo.

     No se si fue el mas adecuado. A ella le pareció que era justo lo que necesitaba. 
     Y la verdad, aun no sé si se lo pudo leer, ya me enteraré. 
     Lo cierto es que quería contarlo, mas que contarlo necesitaba decir esto. Saber que tantos disparates y desvaríos que uno escribe tal vez puedan reconfortar y llegarle a alguien, aunque sea solo una vez, me hace sentir que todo vale la pena.

     Y la verdad, no pude hallar mejor motivación que esta.

     

miércoles, 29 de enero de 2014

Para vivir.

Hoy cuando venia caminando por la calle (y pensando al mismo tiempo como siempre) me encontré imaginando una vida completa, no la mía, sino la de alguien, la de cualquiera o la de todos, al fin al cabo todos tenemos una vida y queramos o no, hemos de vivirla, no importa cuanto dure, mucho o poco es la nuestra, con un principio y un final. Pero toda esta disertación viene a raíz de un cuento que leí compartido y... 
     ...creo que empecé por el final, así que voy a tratar de recapitular. Hoy estuve leyéndole a alguien un cuento que me parece una joya y es uno de los que mas me gustan particularmente: "La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada" de Gabriel García Marquez. No voy a entrar en detalles sobre el cuento, ni sobre Gabriel Garcia Marquez, pero de lo que si quiero hablar es de que a través de esas líneas, sentados en un banco de una avenida, vivimos página por página todas las desdichas y la alegrías de Eréndira, y por unos momentos el mundo alrededor desapareció y casi andábamos por el desierto con nuestra caravana de indios, fotógrafo incluido, tratando de escapar de la abuela desalmada. Es así como vivimos (yo por enésima vez) una vida en tan sólo unas horas, una vida que no es la nuestra, de cosas que tal vez nunca imaginamos, ciertas o irreales, pero en fin otra vida. Y quizás, si cambiáramos los papeles o si por algún tipo de magia o artificio científico pudiéramos ver desde el libro hacia afuera, nos daríamos cuenta que los personajes de cada libro, si pudieran leernos, quedarían impactados con la vida y la historia de cada uno de nosotros, narrada a cada minuto, cada hora, cada día y cada año, con nuestras pequeñas o grandes tragedias, con nuestras pequeñas o grandes victorias, con nuestras alegrías y nuestras tristezas, y al final de nuestra vida dirían "guao" o arrojarían lejos de si el libro con impotencia, o simplemente quedarían mudos, pero, de cualquier forma, habrían vivido un poco nuestras vidas (esa que a veces no nos parece interesante y si lo es).
     De manera que, al venir caminando pensé en que solo teníamos una vida para vivir y solo una historia para contar, pero cuando leemos libros que narran historias o cuentos de otras vidas, vivimos un poco en ellas y creo que tal vez de allí provenga mi fascinación y la de muchos por la lectura y sobre todo, por la literatura de aventura. Y no es que quiera vivir otra vida, me gusta la que tengo con sus altos y sus bajos, solo que tenemos que esperar mucho tiempo para saber el final de nuestra historia, en cambio, al leer podemos vivir muchas vidas en tan solo unas horas. Nada de esto es nuevo, solo que tal vez ahora es cuando me detengo en ello, tal vez Miguel de Cervantes sintió algo similar y lo plasmó en su "Quijote" y cientos o miles de escritores antes de el y después de el.
     Así que del día de hoy saco dos reflexiones sin pretender que sean ciertas o absolutas, solo válidas para mi. La primera es que hacer que uno viva una vida que no es la suya en tan solo unos días es realmente todo un arte, el arte de un buen escritor, y la segunda es que nuestra vida, es la historia mas interesante con final abierto que todos podemos contar. En fin, hasta la próxima entrada pero mientras, no dejen de leer mientras vivan sus vidas y no dejen de vivir sus vidas mientras lean las vidas de otros.